
Las primeras teorías sobre la naturaleza de la materia no eran teorías reales, sino hipótesis filosóficas sin contrastar, porque no había una experimentación que permitiera avalar o rechazar sus postulados. Además, pasada la Edad Media el conocimiento científico ha evolucionado de forma paralela a la filosofía.
La primera vez que se habla de átomos fue en la antigua Grecia. En el siglo V a. c., Leucipo y Demócrito establecen lo que se conoce como la teoría atomista; según la cual la materia no se puede dividir indefinidamente, sino que está compuesta por unas unidades básicas, indivisibles y eternas, llamadas átomos. Los átomos serían eternos y diferentes entre sí dependiendo del tipo de materia. Las agrupaciones de átomos explicarían las propiedades físicas de los diferentes materiales.
Algo después, Aristóteles se opone a la teoría atomista y asegura que la materia se compone de cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua), tal y como había sugerido antes Empédocles. Sin embargo y a consecuencia del prestigio del filósofo macedonio; la teoría de la materia dominó el pensamiento occidental hasta bien entrado el siglo XVII.
Recuperación de la teoría del atomismo
Hacia 1600 y en adelante los científicos comienzan a rescatar la teoría del atomismo y a partir de ella comienzan a realizar nuevas hipótesis apoyándose en los descubrimientos y estudios científicos de la época en el campo de la física (fundamentalmente la cinemática y dinámica de partículas).
Para unos científicos la materia estaba constituida por centros-punto de «acción» (John Michell), en cambio para otros como Vico, Leibniz etc.. llamaban a los últimos constituyentes de la materia como átomos-punto; sea cual fuera su nombre la idea básica era la misma.
El modo en el que estos «centros» o «puntos» interactuaban entre sí o rellenaban el espacio vacío entre ellos determinaba la naturaleza de la sustancia; por ejemplo para Emmanuel Kant la materia no llena por completo el espacio que ocupa, sino que hay huecos producidos por las fuerzas de atracción y repulsión entre los «puntos» de partículas.
El trabajo de Boscovich
Toda esta etapa de recuperación del atomismo culmina con el trabajo de Roger Joseph Boscovich; cuyos postulados más importantes de su teoría son:
1.- Las partículas fundamentales de la materia son todas idénticas y consisten en centros de fuerza.
2.- Los cuerpos y objetos macroscópicos (se ven a simple vista) están constituidos por un número finito de puntos/centros de fuerza.
3.- Las partículas elementales están sujetas a una ley de fuerzas oscilantes de repulsión/atracción según la distancia entre cada pareja de partículas.
4.- Las fuerzas de atracción y repulsión de las partículas determinan las propiedades físicas y químicas de la sustancia.
El trabajo de Boskovich tuvo una gran repercusión en el ambiente científico del momento e influenció y sirvió de base a la siguiente generación de científicos; los cuáles iniciaron el camino, del que ya nunca volvería hacia atrás, de la química como ciencia sistemática y experimental.